Alterar la voz de forma voluntaria es uno de los recursos más habituales utilizados por los delincuentes para enmascarar su identidad. La fonética forense o fonética judicial se encarga de tareas como la determinación del perfil fonético de un hablante (sexo, variedad dialectal, extracción social, etc.) o la comparación de muestras de voz de una persona sospechosa con una muestra previa de origen desconocido.
Dentro de este ámbito, el Laboratorio de Fonética del CSIC lleva a cabo el proyecto CIVIL (Cualidad Individual de Voz e Identificación de Locutor), que tiene como objetivo saber hasta qué punto la cualidad individual de la voz es determinante a la hora de identificar a una persona y cuáles son los rasgos de la voz que son resistentes a la distorsión y al disimulo.
Sobre este punto, en la serie o película en cuestión vemos siempre un ordenador en el que se analiza con claridad la onda de sonido que se mueve acompasada con la voz del presunto delincuente. Parece directo y sencillo, pero en la realidad, como cabe prever, este proceso es bastante más peliagudo.
El aparato en cuestión es en verdad un espectrógrafo de sonido. Inventado en los años ’40, este aparato lleva a cabo el análisis de la onda sonora que generamos en nuestra laringe o en nuestra cavidad oral cuando hablamos. La comparación de dos muestras de habla con propósitos legales se ve facilitada cuando se usa el mismo equipo de grabación, cuando son muestras emitidas en la misma lengua, cuando el ruido ambiental es equivalente, el hablante se encuentra en las mismas condiciones emocionales y las muestras duran, como poco, 2,5 segundos. Es obvio que estas circunstancias no suelen darse en los casos reales, por lo que el trabajo de los fonetistas forenses resulta muy laborioso y ha de ser realizado por un equipo de expertos.
El equipo de CIVIL está estudiando a su vez algunas de las voces ‘disimuladas’ más comunes: el falsetto (al estilo de los Bee Gees) y la conocida como creaky voice o vocal fry (una voz que ‘crepita’), característica de los hablantes californianos y de algunas actrices como Cameron Díaz o la cantante Britney Spears. De hecho, parece que hablar con este tipo de voz se ha puesto de moda entre chicas adolescentes en EE UU.
Dentro del proyecto de fonética forense, ya han conseguido crear un corpus de 100 voces ‘disimuladas’, para lo que han pedido a los hablantes que proporcionen muestras de habla normal y de habla ‘fingida’.
Este artículo está basado en el escrito por Mar Gulís (del CSIC) titulado Fonética forense o cómo identificar la voz del secuestrador.
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